20/10/2010
No sé qué hacer, diario ¿Y si Ángeles descubre lo nuestro? ¿Cómo se lo tomará? Llevo días pensando en ello, no paro de comerme la cabeza ¡Arg! Ojalá no fueran primos, sino simples amigos.
Ayer me enteré de que la mayor parte de mis amigos saben que tengo un "más que amigo". Por suerte la identidad no la saben. Pero no tardará en llegar a oídos de Ángeles. Y obviamente cuando se entere me insistirá en que le dé explicaciones.
Tal vez me este preocupando más de lo que conviene. Al fin y al cabo se llevan de fábula y se tienen un gran cariño mutuo. Lo mejor que puedo hacer es respirar hondo y desvanecerme en un soplo.
Anoche, viernes, quedé con Javi. Fuimos a dar una vuelta por el puerto de nuestro pueblo. El cual estaba a rebosar de grandes barcos. Y de olas gigantescas que no paraban de amenazar con su gran inmensidad.
Nos sentamos en uno de los muros que separa la playa del pueblo. Viendo la mar, saboreando aquella agradable y fría brisa, mirándonos mutuamente, esbozando una sonrisa, yo me consumía. Se acercaba y mi piel en llamas se convertía. Pero lo quería más cerca, más aún, quería que se enganchara a mí para que no se separara jamás.
- ¿Tú estas segura de que no llevas nicotina? - Me susurró en el oído.
Sonreí y noté como era él la única persona que hacía que mi sangre subiera a mi cabeza ardiente. Silenciosamente le besé. Quería notar sus labios, aquellos que cuando me tocan hacían que mi ritmo cardíaco se alterase. Uno detrás de otro. Así sucesivamente sin parar a respirar, ni un soplo de aire.
Noté como mi sentimentalismo iba creciendo a cada latido de mi corazón. Así que me separé y empecé a reírme como si fuera exclusivamente el mejor instante para expulsar esa alegría que tenía contenida dentro de mí. Él me observaba extrañado pero no tardó en unirse a mis histéricas carcajadas.
- ¿Debería reírme? - me dijo mientras intentaba acariciarme el rostro.
- Supongo - dije mientras intentaba dejar de reír.
Él mientras tanto se acerco a mí con su mejor sonrisa y me abrazó. Fue uno de esos abrazos que te transmiten una enorme calidez, aquellos que te empapan en un cariño tan infinito que nunca desearías que tal abrazo terminase. Le apreté fuerte hacia mi cuerpo ya que debido al frío de la tarde que se hacia notar y lo necesitada que me sentía en ese momento de cariño aquello era la mejor medicina que se me podía dar.
Tras estar horas y horas abrazándonos, riéndonos y haciendo mil y una tonterías decidimos volver a nuestras casas. Le iba a echar de menos aunque fuese solo una noche sin verle, aunque esa noche la pasara durmiendo, estando inconsciente, iba a notar su ausencia, extrañar su calor corporal, su colonia de Antonio Banderas, extrañarle a él en su conjunto con sus defectos y sus virtudes.
Cogió el móvil y marcó el número del móvil de su padre, le diría que fuera al puerto a recogernos. Cuando colgó me miró con ternura y me dijo con una pizca de melancolía.
- Te voy a echar de menos Susan.
- No más que yo a ti - Le dije sonriendo. Me sentía llena de felicidad ya que había descubierto que él sentía y pensaba lo mismo que yo. Eramos como dos corazones que latían al son de uno.
- Te cuesta intentar dejarme quedar bien por un instante ¿no? - Me dijo riéndose y acercándose a mí para darme el último beso de buenas noches. La verdad tenía razón me costaba dejarle quedar bien aunque fuese solo un segundo de nada, siempre quería ser yo la que en la pareja era la que más notara ese ardor lleno de amor. La que más le amaba a él que él a mí.
El padre no tardó en llegar al puerto. Era un hombre alto y esbelto, de facciones muy rasgadas, ojos extremadamente azules y una simpatía que le destacaba entre todos los habitantes del pueblo. Sin duda alguna se parecía mucho por no decir bastante a Javi.
Nos montamos en el Picasso y me llevó a mi casa, lo cual le agradecí mucho. Por poco que hagan por mí soy capaz de darlo todo. Llegamos; cuando salí del coche Javi desde la ventanilla me gritó.
- ¡¡Suusaaan se te olvidaaa estooo!! - Preguntándome que se me podía haber olvidado, ya que ese día no llevaba bolso y el móvil lo notaba en el bolsillo del pantalón, me acerqué a la ventanilla y Javi con la mano cerrada permitiéndome no ver nada me metió "eso" en el bolsillo de mi sudadera.
- Buenas noches Susan - me dijeron los dos mientras ponían el coche en marcha.
- ¡Buenas noches y muchas gracias por traerme! - Grité haciendo un gesto con la mano.
Sin más dilación y muerta de cansancio me dirigí hacia la puerta principal de mi casa y llamé al timbre ¡Ding, dong! ¡ding, dong! Me abrió Ivan comiéndose un trozo de bizcocho de chocolate y poniéndolo todo asqueroso.
- Menos mal que eres el mayor de los tres, menudo ejemplo das hermanito - Le dije enfadada ya que sabía que me iba a tocar barrer todo los granos de bizcocho que se le iban cayendo.
- Marimandona ¡Jum! - ¿¡Cómo!? ¿¡Yo marimandona!? Pero si...¡buag! mejor dejarlo no vale la pena pelearse con él, ni siquiera hablarle, con 18 años y menudo bárbaro.
Me acerqué al salón donde estaban mis padres. Mi padre leía uno de sus intrigantes libros y mi madre planchaba a la vez que veía el telediario. Saludé y me acerqué a la chimenea, estaba helada.
- ¿Qué tal te ha ido, cariño? - Me preguntó mi madre con ese amor materno que solo ella me sabía transmitir.
- Muy bien mamá, con un poco de frío pero por lo demás muy bien - Esbocé una sonrisa.
- Mira que te dije que te pusieras otra chaqueta, pero tú no, que no ibas a pasar frío ni nada, y encima llevas las converse o como se llamen, debes tener los pies helados, no sé porque me preocupo en darte consejos. - Ya empezábamos ¡Nooo! Siempre pasaba de la madre comprensiva a la madre enfurecida.
- Mamá tu no me dijiste nada de las converse - Intenté decirlo con mi mejor tono de voz.
- Claro si tu solo escuchas lo que te interesa, y cómo no tienes zapatos, pobre mi hija que no tiene zapatos - Me dijo con cierto sarcasmo ¡Buag! Me iba a costar contenerme.
- ¿¡Cómoo!? Pero si las botas nuevas que me compraste las rompió Jorge cuando se tropezó con ellas - Le eché una mirada asesina a Jorge que en aquel momento estaba pendiente de la discusión.
- Si no las hubieras dejado en medio no hubiera pasado nada, no le eches la culpa a Jorge - Me gritó.
- ¡Esto es el colmo! ¡Ahora soy yo la que tiene la culpa de que tu hijo vaya cargándose todo lo que pille a su paso! y encima no estaban en medio. - Mi sangre se empezaba a sulfurar.
- Si, si, si, si ... di lo que quieras Susan, que sepas que este invierno no hay más botas nuevas ¡se acabó!
- ¡Maaamáááá! ¡Por favoor! Las botas del año pasado están atrofiadas y son un completo asco - Grité harta de que siempre tuviera que pagar conmigo su mal humor.
- Ya basta Susan ¡sube a tu habitación! - Me ordenó mi padre harto de escucharnos discutir.
Salí enfurecida y con lágrimas en los ojos del salón y corriendo subí por las escaleras y me metí en mi habitación. Di un portazo para que se dieran cuenta de que me sentía muy disgustada y me tumbé en la cama.
"¿Por qué no podíamos tener una conversación en condiciones? ¡Nada más llegar a casa y ya están descargando sus proyectiles en mí!"
Ensimismada en mis pensamientos me giré en la cama y noté algo en el bolsillo de la sudadera ¡Javier! Se me había olvidado completamente ¿Qué sería lo que me metió en el bolsillo? Muerta de curiosidad metí la mano en el bolsillo y saqué una pequeña carta, la abrí y decía lo siguiente:
"BUENAS NOCHES AMOR MÍO
TE AMO"
En grandes letras ocupando medio folio pude leer esto. Supuse que lo escribió en el coche ya que vi desde el asiento de atrás como cogía papel y lápiz y se comía la cabeza para escribir algo y ¡PUF! si que se comió la cabeza para escribir estas 6 palabras. Aunque por muy poco que sea se lo agradezco muchísimo.
Sonriendo lo pegué en el enorme espejo que tenía en mi dormitorio con fotos pegadas y algunos apuntes que me escribían mis amigas, ahora formaba parte de mis recuerdos.
Me tumbé de nuevo en la cama y empecé a divagar de nuevo por mis miles de pensamientos. Hasta que en un abrir y cerrar de ojos me quedé dormida, acurrucada en mi almohada y en mi inmensa manta de punto.
Aquí todo diario; mañana seguiré.
Susana.
¡Saludos bloggers! Os pido perdón por haber tardado tantísimo en publicar, me ha sido claramente imposible poder ponerme a escribir ya que últimamente con los estudios y demás me cuesta tener un rato para escribir. El capítulo de hoy no es de los mejores pero espero que os guste. Intentaré escribir más a menudo o todos los fines de semana dos entradas para ir adelantando historia y no dejaros 3 semanas o más con intriga (aunque no creo que mi historia de mucha intriga). No os aseguro que vaya a pasar porque como siempre hay unos cuantos contras. Esta semana como hay puente intentaré escribir otras dos entradas. Espero que pueda o por lo menos pueda escribir una más. También deciros que hoy o mañana me iré pasando por todos vuestros blogs para ponerme al día ¡echo de menos leerlos! y naturalmente os comentaré todo lo que pueda.
¡Muchísimas gracias a todos los que me seguíis! de verdad muuchísimas graciaas. No me imaginé que llegara a los 31, es mas ni pensé que tuviera 10, para mi es una gran meta haber llegado a los 31, aunque todo os lo debo a vosotros. En fin me dejo de sentimentalismo ¡GRACIAS!
¡MUUCHOS BESOOS! & ¡MIL GRAACIAS! de nuevo :)
Os quiere Alas Clarín.